sábado, 20 de noviembre de 2010

Miradas

No podía dejar de pensar sobre aquellas líneas que de forma furtiva leí en su diario. Sé que no era lo correcto y aún menos transcribirlas……

“Me desvanezco ante tu mirada, me aniquila, me petrifica. No tengo escapatoria. Tus pupilas azules desarman y desgarran el alma, cual ave de rapiña. La profundidad de tu iris se asemeja al ojo del huracán cuya negritud representa el fin de los tiempos. Se podría incluso decir que eran la más pura reencarnación de Medusa; que no sólo convertían en piedra, sino que incluso cosificaban a todo aquel que osara contemplar su mirada…. ¿Pero acaso no fue decapitada por Perseo?.
De forma misteriosa dicho hipnotizador efecto me transformó en un funámbulo emocional. Apenas conseguía el punto de apoyo necesario para evitar que el equilibrio de su vida no acabara como un castillo de naipes desvanecido en la nada. Pero, ¿Quién acecha a quien?, ¿Acaso era el impulso que hace transitar por el más peligroso de los infiernos y que llevó a Orfeo a rescatar Eurídice?"